Antropología Filosófica ¿Qué es?

31.10.2016 15:07

La antropología filosófica pone como centro de su reflexión al ser humano. Busca comprender al hombre como un ser que vive y sabe que vive. Él es el único ser que necesita comprenderse para saber quien es, quien quiere ser y que puede realizar.

La antropología filosófica reflexiona acerca de la existencia humana, la cual es de suyo problemática y compleja. Dice Maurice Gevaert “La antropología filosófica no crea  ni inventa los problemas del hombre.

 Los encuentra, los reconoce, los asume, los examina críticamente”.

Las preguntas “¿Quién soy?” “¿Quién quiero ser?” son propias del modo de existir del hombre. Por eso la antropología filosófica se pregunta por aquello que determina y posibilita la existencia humana, en la cual reside la dignidad propia del hombre.

En primer lugar para esta reflexión podemos decir que no solo reconocemos un objeto, el hombre, sino que sabemos que ese objeto al que buscamos conocer es un sujeto. Cuando preguntamos quien es el hombre preguntamos por alguien y este alguien es un sujeto haciéndose, una posibilidad que busca concretarse.

La necesidad de saber no es ajena al hombre, lo constituye. La subjetividad humana es una subjetividad que interpreta, lo cual implica una toma de posición respecto de si y de los otros.

La vida humana es un acontecer que se va narrando, es historia. La antropología filosófica es necesariamente histórica. Recoge lo que el hombre ha dicho de si mismo y lo interpreta desde el presente, es decir debe hacerse cargo de la dimensión histórica del hombre y de la red de significados que se van construyendo en el tiempo.

La antropología filosófica contemporánea se ha ido haciendo cargo de los aportes de las distintas antropologías tanto como cultural, física, social, médica, psicológica, religiosa preguntándose en que modifican el concepto que el hombre tiene acerca de sí.[1]

 

La antropología en debate consigo misma

El hombre se vuelve objeto de conocimiento a la vez que se disuelve como sujeto. Lo que se quiere señalar es que poseemos discursos acerca del hombre pero no una idea integrada y unitaria del hombre. Lo que es el hombre se ha tornado oscuro y problemático.

Durante la antigüedad  y el medioevo, el hombre es un tema de reflexión pero, a partir de la modernidad, se devela como problema.

La antropología filosófica fue paulatinamente saturando el discurso filosófico. De este modo, la perspectiva antropológica fue constituyéndose en la perspectiva privilegiada desde donde pensar, o bien hacia donde conducir y desde donde resolver todas las cuestiones.

Cabe preguntarse:“¿Todos los problemas y todas las cuestiones son problemas y cuestiones antropológicas?” “¿Es la antropología el discurso que subyace a todo otro discurso?” “¿Es suficiente para justificar esta centralidad de la antropología filosófica decir que es el hombre el que conduce la historia, construye la sociedad y plantea los interrogantes?”

Ante este panorama de problemas, para la antropología filosófica la pregunta por el ser del hombre pasaría a un segundo lugar, por que primero deberá empezar por legitimarse a sí misma como discurso posible, discutiendo su estatuto epistemológico, su necesidad y su función.[2]

 


[1] Di Sanza Silvia; Fernández, Jorge; La Porta, Patricia (2004) Filosofía. Editorial Santillana. Bs. As. Pág. 38-39

 [2] Di Sanza Silvia; Fernández, Jorge; La Porta, Patricia (2004) Filosofía. Editorial Santillana. Bs. As. Pág. 40